"La Administración Pública tiene el acelerador para que la inclusión laboral crezca exponencialmente"

  • Esta fue una de las conclusiones de Cristóbal Valderas, Presidente de Clece, que añadió la necesidad de apostar por la formación como medida facilitadora de la inserción sociolaboral.
  • De los cerca de 75.000 empleados que tiene la compañía en toda España, 7.547 son personas procedentes de colectivos vulnerables y 471 trabaja en la región de la Cornisa Cantábrica.

 

“Estamos en el mejor momento de incorporación de colectivos desfavorecidos pero queda mucho por hacer. La Administración Pública tiene el acelerador para que la inclusión laboral crezca exponencialmente. Ellos tienen las herramientas en su mano para incrementar la integración de personas de colectivos desfavorecidos”.  Esta es una de las principales conclusiones extraídas del VIII Foro “Clece por la Integración” celebrado el pasado 1 de marzo en el Palacio de la Magdalena de Santander bajo el lema “¿Hablamos de inclusión laboral?”.

En el encuentro se ha puesto de relieve la necesidad de impulsar alianzas entre la empresa privada y la Administración Pública, así como la necesidad de apostar por la formación para reducir las tasas de paro de las personas con discapacidad, en riesgo de exclusión o mujeres víctimas de violencia de género.

Gema Igual Ortiz, alcaldesa de Santander, ha sido la encargada de abrir este coloquio que ha congregado a representantes de la Administración Pública, la empresa privada, agentes sociales así como trabajadores provenientes de estos colectivos como son: Roberto del Pozo López, concejal de Autonomía personal del Ayuntamiento de Santander; Francisco Javier Gutiérrez Iglesias, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal; Tomás Castillo Arenal, gerente de la Asociación de personas con discapacidad Amica; Cristóbal Valderas Alvarado, presidente de Clece; y María José M. N., víctima de violencia de género y trabajadora de Clece.

Como representante de uno de los colectivos más afectados, Tomás Castillo Arenal, gerente de la Asociación de personas con discapacidad Amica, ha puesto de relieve las últimas cifras: “Estamos avanzando. Se ha batido el récord de contrataciones en 2017 de personas con discapacidad, más de 110.000 personas contratadas”.

Roberto del Pozo López, concejal de Autonomía personal del Ayuntamiento de Santander, ha añadido que sin duda “estas cifras reflejan un cambio de mentalidad de la sociedad y nos dan esperanza, pero es necesario seguir derribando barreras y prejuicios”.

Por su parte, Javier Gutiérrez Iglesias, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, ha destacado que “necesitamos que las empresas y la industria innoven para incluir estos colectivos. El intercambio de ideas es necesario entre la administración publica y las empresas para formar a las personas y ayudarles a su incorporación al mercado laboral”.

 “Los Ayuntamientos no tienen capacidad en el empleo pero sí en la toma de decisión de las empresas que contratan, en los pliegos de condiciones y las cláusulas sociales”, ha subrayado Cristóbal Valderas.

El punto de vista más humano y personal al problema lo ha puesto María José M. N., víctima de violencia de género y trabajadora de Clece que representa “un logro en sí misma”, en palabras de la moderadora del Foro, Elena Díez-Fuentes. Ella comenzó con un contrato temporal en 2015 que pronto se transformó en indefinido y que le ha cambiado la vida “El trabajo me ha dado la vida. Ha sido mi terapia. Empezar a trabajar para Clece me ha permitido valerme por mi misma y recuperar la confianza”, añade.

La formación como medida necesaria en la inserción laboral

Otro de los aspectos más repetidos en el Foro ha sido la necesidad de fomentar la  formación como medida facilitadora de la inserción sociolaboral. En este sentido Cristóbal Valderas ha destacado el fuerte compromiso realizado en esta materia en los últimos años y, especialmente, en 2017. “En el último año hemos formado a más de 22.300 participantes en 2.000 cursos de formación en los ámbitos de actividad de servicios sociales, seguridad, servicios educativos, limpieza y mantenimiento, entre otros. De ellos, 1.192 eran personas con discapacidad, 148 eran trabajadores pertenecientes al colectivo de exclusión social y 33 mujeres víctimas de violencia de género”.

Este compromiso social de Clece por la empleabilidad y la formación está en el ADN de la empresa y ha hecho posible que hoy la compañía cuente con cerca de 75.000 empleados y presencia en todo el territorio nacional. De ellos, 7.547 son trabajadores de colectivos desfavorecidos. En concreto, en la Cornisa Cantábrica, la compañía cuenta con 2.950 empleados de los que 471 son personas procedentes de estos colectivos vulnerables.

Como conclusiones de la jornada, cada uno de los ponentes ha resumido un objetivo o una esperanza. “Conseguir que la sociedad sea consciente de que los objetivos que se consiguen son para todos”, ha sido el señalado por Roberto del Pozo; Javier Gutiérrez ha añadido la importancia de “trabajar en formación, desarrollo e innovación”; Tomás Castillo ha mencionado que “incluir es enriquecer a toda la sociedad”, María José M.N. ha dicho que su sueño es mantener mi empleo y hacer algo más en formación para mejorar; y por último Cristóbal Valderas ha añadido que Clece tiene el reto de contratar a 139 mujeres víctimas de violencia de género según el compromiso adquirido en la III Edición de los Premios Compromiso. Actualmente, indica con orgullo: “Ya hemos alcanzado la cifra de 49 empleos. Estamos en ello”.