"Los trabajadores de colectivos vulnerables aportan motivación, implicación y mejoran el clima laboral de las empresas"

El IV Foro-Coloquio “Clece por la Integración” aborda la integración laboral de colectivos socialmente vulnerables
Clece, promotora de la iniciativa, integra a 6.549 personas de estos colectivos en una plantilla de más de 73.200 empleados

Valladolid, 3 de junio de 2016. Mejorar la empleabilidad y explorar fórmulas de cooperación público-privada son algunas de las claves que contribuirán a un mercado laboral con igualdad de oportunidades para todos. Esta es una de las principales conclusiones extraídas del IV Foro “Clece por la Integración” celebrado ayer bajo el lema “EMPLEANdo el talento” en el Teatro Calderón de Valladolid.

El Foro, organizado por la empresa Clece, congregó a distintos actores implicados en la integración de colectivos socialmente vulnerables como personas con discapacidad, personas en riesgo de exclusión social, víctimas de violencia de género y jóvenes en desempleo. Por parte de la Administración, intervinieron Rafaela Romero Viosca, Concejala Delegada de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Valladolid y Carlos Raúl de Pablos Pérez, Gerente Regional de Servicios Sociales de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León. En representación del sector educativo, participó Felicidad Viejo Valverde, Vicerrectora de alumnos de la Universidad de Valladolid, UVA; y en el ámbito de la orientación laboral, contó con Verónica Muñoz Salgado, Orientadora laboral del Ayuntamiento de Valladolid. Por parte de Clece asistieron Cristóbal Valderas, presidente de Clece y Purificación González, Directora de Recursos Humanos de Clece que dieron la visión de la empresa privada, mientras que los testimonios de los trabajadores vinieron de la mano de Melanie Blanco García y María Fernández Barrul, ambas empleadas de Clece.

Las experiencias compartidas por Melanie Blanco García, en representación del colectivo de jóvenes, y de María Fernández Barrul, víctima de violencia de género, pusieron de manifiesto que a pesar de la multicausalidad de las situaciones de vulnerabilidad, todos estos colectivos comparten barreras de acceso al mercado laboral. Entre las principales barreras que se pusieron de manifiesto en el Foro se encuentran la escasa formación y cualificación; la falta de motivación; la baja experiencia o la desinformación. Problemas a los que hay que añadir condicionantes del entorno como la precariedad laboral o los estereotipos y prejuicios sociales.

Para combatir estas dificultades, Carlos Raúl de Pablos Pérez, insistió en el valor del pacto social. “El éxito del modelo de Servicios Sociales es precisamente que la Junta no es la única protagonista sino que se basa en la colaboración con las corporaciones locales y en el acuerdo social”. Este pacto social se pone de manifiesto en la II Estrategia Integrada del Empleo 2016-2020 puesta en marcha por la administración autonómica que contempla un Plan Laboral Específico para colectivos vulnerables. “Más que de gasto social hay que hablar de inversión social, porque cada euro que se invierte, revierte en la sociedad en más de 2,3 veces” diferenció.

Desde el papel de la administración local, Rafaela Romero Viosca, puso el acento en el potencial de la colaboración público – privada así como en una política pública responsable en relación a medidas como la “inclusión de reservas de contratos para Centros Especiales de Empleo y cláusulas sociales en los contratos públicos” con el objetivo de facilitar el acceso al empleo a las personas y colectivos en situación desfavorecida. Rafaela también señaló la necesidad de trabajar sobre la calidad del empleo para evitar que “también los trabajadores sean personas vulnerables debido a salarios precarios”.

Adecuar la formación a la demanda laboral

Uno de los grandes retos para fomentar la integración es el de aumentar la empleabilidad de las personas mediante la orientación, la formación profesional y el acompañamiento hacia el empleo. Desde el ámbito educativo, Felicidad Viejo Valverde comentó que los “estudiantes encuentran un apoyo muy importante en las prácticas” para facilitar el acceso al empleo. Además, desde la Universidad otra vía que se fomenta es “la movilidad, con becas para que los jóvenes puedan ir fuera, formarse y coger experiencia”. Desde el ámbito de la orientación laboral, Verónica Muñoz Salgado, señaló “la cronificación de los parados de larga duración como un problema de gran dimensión” dentro de las distintas situaciones de vulnerabilidad hacia el mercado laboral.

La responsabilidad de la empresa

Cristóbal Valderas Alvarado contó cómo “desde Clece se ha trabajado en un modelo integrador que demuestra cómo el empleo juega un papel clave en la igualdad de oportunidades y en la equidad social. Con la colaboración diaria de 350 asociaciones, hoy 6.549 trabajadores de nuestra plantilla proceden de colectivos socialmente vulnerables. En solo tres años, la evolución ha sido de 3.000 a más de 6.500 personas”. Entre esos colectivos vulnerables, el Presidente de Clece alertó sobre el especial riesgo de “los mayores de 45 años, parados muchos de larga duración y con cargas familiares”. Purificación González Pérez, destacó la necesidad de “favorecer el engranaje en el triángulo formado por el tercer sector, la administración y las empresas” para lograr la integración de estas personas en situación desfavorecida que “aportan intangibles como la motivación, la implicación, mejora del clima laboral y que son ejemplo de superación de situaciones complicadas”.

En primera persona

En representación de los jóvenes, Melanie Blanco García, dio un mensaje de optimismo ya que ella podrá desarrollar su trabajo de fin de carrera gracias a la oportunidad laboral que le ha dado Clece. Si bien María, consciente de los grandes retos a los que se enfrenta su generación revindicó para los jóvenes “la oportunidad de tener una vida, una casa y no depender de los padres que también en muchas ocasiones atraviesan momentos de dificultad”. Por su parte, María Fernández Barrul, víctima de violencia de género, encontró en el empleo una salida. “Con el trabajo me siento realizada y tengo la satisfacción de ayudar a mis hijos y de tener la libertad de valerme por mi misma”. A todas las mujeres que han atravesado su situación les animó “a no rendirse, a quitarse de la mente el no puedo y a que, en definitiva, siempre hay una salida a la violencia de género”.