Hace ocho años Rocío tuvo un accidente que le cambió la vida. “Estuve cuatro años sin poder trabajar. Psicológicamente te afecta bastante”. En ese tiempo se encontró con diversas barreras para acceder a un empleo pero siempre ha intentado que su discapacidad no sea una limitación. “Tienes que aprender a convivir con ello y a hacer las cosas lo más naturales posible dentro de las limitaciones”. Fue entonces cuando le hablaron de Clece y de su centro especial de empleo, Grupo Integra, y empezó a trabajar como vigilante en Málaga. Rocío volvía a “empezar de nuevo”. Ahora afirma: “Me siento plena, me siento útil, ubicada y tengo unos compañeros que son maravillosos. Me emociono porque es lo que yo esperaba”.